EN EL ANIVERSARIO 78 DE LA HECATOMBE NUCLEAR
Miles de bocas amargas,
de pieles
amarillas,
sin alarmas
fueron
desarraigadas hasta el nombre
y nunca sabrán
si fue
fusión o
fisión;
ni las
espaldas inocentes de víctimas
invisibles desde
entonces,
que cargaron
kilotones
megatones de
infinidades
cuánticas,
pero suficientes
para teñir la
esfera
para tronar y
llover fuego
angustia,
muerte y llanto duraderos;
y que sembraron
-en la gran prueba-
miles de
reventados
calcinados
desollados
cuerpos
por el fragor
atómico
y el grito
ígneo
de la atroz
heredad de mil volcanes…
Nadie tocó su
sangre
desde
Hiroshima
a occidente,
sino fúnebres
campanas
hasta ahora
y para
siempre,
si ese siempre
suena
a rosas
desnudadas,
y despetaladas
ante el estupor
y la tristeza
de un mundo
inmovilizado,
aterrado, absorto
que ha de
respirar por sus raíces
protones,
electrones, sueños
e incógnitas
de sabios,
como las
certezas
de físicos,
que avizoraron
terror,
infernales
explosiones
y estragos…
¡Oppenheimer!
¿sabes que aún
nadie escruta,
digiere,
entiende ni describe
tu ígnea
incógnita descifrada
en el
horrorizado e inédito
grito de
6-9-8-45,
desde El Álamo
a todos los
Nagasaki en la tierra...?
pero sí, que
está roto
el infinito
orden,
y que todo se mueve
entre el
dintel de tus fórmulas mágicas
-que te
atormentaron-
y la implosión
de agujeros negros
que se lo
tragan todo?
Bolívar Delgado Arce
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.