lunes, 19 de julio de 2021

ASCENSIÓN AL VOLCÁN CHIMBORAZO (Ecuador)

SALUDOS AMIGAS Y AMIGOS DE MI BLOG, EN TODO EL MUNDO

Este último fin de semana (17 y 18 de julio de 2021, efectué una ascensión al Chimborazo, el punto más alto de la Tierra, considerado desde el nivel del mar (6.310 mts.), por 3ra. ocasión en mi vida. 

Aquí  el espíritu terráqueo, el silencio y los ensueños se vuelven palpables, insuperables, terribles. 

Llegar a más de 5.000 mts., superando el 2do refugio, es bastante duro, pero volvimos a hacerlo.

Recordar nada más el "Delirio sobre el Chimborazo" que escribiera en estas regiones el Libertador de 5 naciones de América, SIMÓN BOLÍVAR, es sentir, cómo y por qué lo hizo.

Con mi último hijo DIEGO ANDRÉS, junto a mi vehículo.

Exteriores del 2do. Refugio

Cóndor Cocha. 5.100 mts. de altitud.

ASCENSIÓN

                                                                                                (Reeditada)

Y tras la súbita quebrada de andesita
asomábase la corona venerable,
los metales, los fuegos y tambores
históricos de gestas resonaban,
paso lento, cansino y debilitándose
fui atrás dejando luengos valles,
iba bebiendo el etéreo misterio
donde solo reina el ventisquero.
Las arenas ígneas, remotas, revueltas
rocas calcinadas de colores,
mi bota aplastaba bajo la nevada que caía
y la altura crecía en mí en instantes
y lo eterno estaba cerca y más cerca;
nubarrones congelados histéricamente circundantes
corrían a veces mostrando lo impactante
las laderas, picachos, farallones y paredes
cubiertas de gruesos mantos de hielo,
vencida la retina de mirar al viejo
al hollado Chimborazo magnífico y excelso
que mudo sepulta sus bases con fiereza;
mi huella va quedando en la nieve
se extiende por sus faldas mi saludo
se quiebra en el hielo y el metálico frío
cuando grito febriles deseos patrios,
para Chile, Argentina, Nicaragua
para Honduras y el Salvador... saludo fraterno
que olvidó gritarlo Bolívar.

Coloso ecuatoriano, antorcha americana
por qué caen horas frías en tu frente?
por qué si me refugio siento tu hálito helado?;
y cuando hollan tu elevada cabeza
los pies de intrépidos viajeros
caen huellas de años americanos y de vértigo?,
te importan los caminos que llevan y traen
pasos, por tus plantas y dominios?

Caen las horas arrastrándose en tus riscos,
y cae mi admiración en la nieve de tus plantas
cual helado sol que gota a gota
se sepulta en tus entrañas de patriarca;
y dejando de emoción a mi espíritu repleto
vas quedando arriba otra vez egregio viejo,
mis ojos de vastedad y nostalgia cubiertos, al recuerdo 
ya de los glaciares pasos que a ti te pertenecen,
donde la altura puso eternas mortajas
que al tiempo dan su grito desafiante,
que clama su eternidad que sin rivales
te dio tu celestial, tu padre el tiempo.
Chimborazo, enmarca para siempre
tu excelsitud nevada en mi memoria.


                               Bolívar Delgado Arce

De: "Palpitaciones de aquí, de allá y del retorno" (Octubre de 1983)



 

sábado, 3 de julio de 2021

SOLEDAD INTEMPESTIVA

A veces me inunda la soledad, 
pareceré un árbol del desfiladero 
que solo testimonia el arroyuelo 
en el chasquido de la vida. 

 A veces quedo a solas y en tal calma 
que debo parecer un banco olvidado
 entre las hojas del otoño 
en la ventisca de la tarde nublada. 

 Un ave entumecida en la rama pareceré, 
cuando empieza a llover 
y envuelve a la última hora la penumbra
que re envía a dormir a los luceros. 

Pastor me siento de las mariposas 
noctámbulas que liban viejos y nuevos 
pero profusos aromas de flores 
puntuales y también nocturnas. 

 Así me siento a veces, abeto 
ciprés, arce, abedul entumecido 
entre el rocío helado y el intermitente rayo, 
del nuevo sol rompiente. 

Trashumante silueta de calles oscuras 
de tiritantes piedras alineadas 
y brillantes por la lluvia y mortecina 
luz de una ventana vieja. 

Y tanto así que, parezco al último 
paraguas empapado que alberga 
en la noche sombría, el eco de los pasos 
de dos siluetas juntas, y a prisa. 

Sí, a veces me siento un velero 
en lento vaivén, sin sur ni norte 
con la cuerda atada a un arbusto 
frente a la línea azul del horizonte. 


            Bolívar Delgado Arce