jueves, 21 de enero de 2021

DESPEDIDA

                                            A Lucía Beatriz

 Julio le había traído
en fragor de sol intenso
dorados trigales y claras madrugadas,
inundación de rosadas circunstancias
fueron la casa y las sonrisas…
Vimos sucederse en legiones, los instantes,
escuchamos recostados, al pastor
y otros villancicos
con su flauta inolvidable.       
Los adormilados rituales diarios
para el Kinder y escuela cercana
se descolgaron, desfilaron,
las tiernas trencitas en jolgorio
rondas, deportes y disfraces;
de los cuatro, fraterna y singular algarabía,
y los retos victoriosos del tatami
detrás de una absorta mirada.                                                                                                                                                                                                    
Los dulces quince años, efímeros…
los veinte…,
un blanco mandil marcó el horizonte
y la Cofia solidaria,
el corazón al ajeno dolor,
la mano a la salud alterada,
la alba sensibilidad por la pobreza
y la necesidad.
 
Hermana tuvo que ser de Florence Nightingale.
Así fue Lucía Beatriz… Así es.
Y tras nuevos giros, nuevas metas,
sueños e ilusión en la distancia
el amor… y el amor que roba todo,
nos quita, nos arranca, llega, clama,
rompe fronteras, demanda
hasta más allá del llanto;
había de dejar el tibio nido,
atesorados pequeños elementos
y el silencioso closet de ropaje abandonado.
 
Llegó el adiós,
desde la desconcertada mascota,
el corazón, y unos ojos que no entienden
por qué las lágrimas de sal y sangre
en cada anochecer y madrugada,
y otra silla vacía y otro silencio
artero por toda la casa;
solo el fragor incontenible del recuerdo,
desfila en lluvias sucesivas,
la mano silenciosa que bendice
frente al Cristo que veló tu sueño,
y los labios trémulos que pronuncian
una nueva bendición al nombre ausente
y una pálida sonrisa a la espera
plasmada en la pared juvenilmente orlada,
dice de tiempos pasados,
que espero pasen
con su envejecedora herencia,
para volver a abrazarte
niña, chiquitita, luchadora triunfal
de caminos vencedora.

Te espero aquí con tus cuatro corazones,
bandera viva del judo
del yoga y del Principito;
mi dama de las camelias
de girasoles, de ensueños
dulce niña, señorita,
te esperaré por siempre
añorada chiquitita del alma.
 

                                 Bolívar Delgado Arce

                                              (Inédito)

NOTA: Saludos cordiales a las amigas y amigos del Blog. No es muy tarde para desearles un año 2021 muy exitoso y productivo en todo sentido, más en la poesía. Ofrezco disculpas sentidas por mi alejamiento temporal, les cuento que mi casa entró en un proceso de refacción, que no esperé me tome como 3 meses; no tenía espacio, paz, ni condiciones para trabajar en lo que nos gusta, con Uds., ni con nadie. Hoy retorno alegre, optimista y esperanzado. Felicidades. Ahora, voy "En busca del tiempo perdido". Abrazos a todos, en todo el mundo.