jueves, 31 de mayo de 2018

PRIMAVERA MÍSTICA Y LUNAR

El viejo campanario
toca para el rosario.

Las viejecitas una a una
van desfilando hacia el santuario
y se diría un milenario
coro de brujas, a la luna.

Es el último día
del mes de María.

Mayo en el huerto y en el cielo:
el cielo, rosas como estrellas;
el huerto, estrellas como rosas...
Hay un perfume de consuelo
flotando por todas las cosas.
¿Virgen María, son tus huellas?

Hay santa paz y santa calma...
sale a los labios la canción...
El alma
dice, sin voz, una oración.

Canción de amor,
oración mía,
pálida flor
de poesía.

Hora de luz y de misterio,
hora de santa bendición,
hora en que deja el cautiverio
para cantar, el corazón.

Hora de luna, hora de unción
hora de luna y de canción.

La luna
es una
llaga blanca y divina
en el corazón hondo de la noche.

!Oh luna diamantina,
cúbreme! !Haz un derroche
de lívida blancura
en mi doliente noche!
!Llégate hasta mi cruz, pon un poco de albura
en mi corazón, llaga divina de locura!
...........
El viejo campanario
que tocaba al rosario
se ha callado. El santuario
se queda solitario.

                                                   Arturo Borja

De: "La Flauta de Ónix". (1892-1912). Poeta ecuatoriano perteneciente a la denominada "Generación Decapitada", junto a otros 3 poetas, seguidores de los "Poetas Malditos", de Francia.

sábado, 26 de mayo de 2018

DE UN TIEMPO A ESTA PARTE

La luz del alba es tenue
rosada, y en flagrante optimismo
el alma exhala estrellas y sendas
de gorriones que en dulce arrobamiento
señalan horizontes, arcoíris traspasados
que inundan de esperanzas de colores
las faustas galas que me embriagan
de un tiempo a esta parte.

De un tiempo a esta parte
las notas y arpegios de hermosos niños nuevos
arruman los colores y empujan mil augurios
de verdes escaleras y altos campanarios
do anidan tantos sueños con rumbo al infinito.
Melíferas fragancias de sándalo
y gardenias pendiendo de musgos
del sendero nuevo
hoy me saben libre 
calmo, alegre, esperanzado.

Y así, quemando sin más
mis naves; aligerado de lastres,
algunos dulces lastres,
he sido abrazado por el viento,
besado el rostro por labios cristalinos
de la lluvia;
y pacificadas todas las tormentas
escogí para vivir
el lecho nacarado de versos sonrientes
y así estoy mejor, así, a plenitud,
de un tiempo a esta parte.



                            Bolívar Delgado Arce

De: "A lo lejos alguien canta" (Inédito)

viernes, 18 de mayo de 2018

DOCE ROSAS PARA MAMÁ


En tu vientre fulgor de trino y canto
me fue dada la cuna más mullida
que cualquier mortal para sí querría
mas, tú lo hiciste para mí, dulce madre mía.

De tus venas el torrente enfebrecido
aligeró en sino la mítica simiente
que irrigó mis campos en vital porfía
cuando de un latido fueron dos, desde aquel día.

Tu vida, cofre sencillo de batallas duras
salpicó en gotas repetidas de nuevas existencias,
¡ay!, de vaivenes turbulentos, de sueños y penurias;
con temple, sacrificios, y glorias pasajeras.

Y enfrentando al peligro de la existencia
fueron tus brazos barrera infranqueable
que en cuidados prodigados me mecieron
y me enseñaron los misterios de la vida.

Nunca vi remisas tus manos, madrecita
para dar caricias, disciplinar mi pelo,
elevar la oración diaria, prodigiosa
que la fruta, el pan y la bendición ponían.

Y mientras los días me despertaban a la vida
fue tu amantísimo regazo fortaleza,
puerto de partida de mis sueños
y bálsamo de amor en mis tristezas.

Las cruentas estaciones del áspero camino
las dulces mieses de la humildad y la nobleza
por tus ojos hermosos mil veces remojados,
aprendí a ver, y a Dios, y a la pobreza.

La tierna sonrisa de tus labios, la palabra que no olvido
ni en sueños, que me animan madre mía,
dulcifican y regañan al nombrarnos
perpetúan mi nombre y el de mis hermanos.

Tu frágil figura, sencilla, bien amada
llenó de luz y alegría mi existencia,
tierna silueta que por siempre está en mi senda
brindándome amor, ternura y compañía.

Tu nombre se hizo eco más allá de nuestro alero
símbolo de unión, atadura, envolvente signo,
verde aroma y lozanía de fruta madura
estandarte imbatible en nuestro camino.

Y, tu pelo negro que no era ensortijado
que cubrías en la iglesia con una mantilla
fue acumulando años y trocaron su color,
indetenibles, postrimeros, para el más cruel dolor.

Y así, ¡oh madre!, fe, ternura y corazón
por tu entraña, brazos, sangre, vida; por tu ser,
eres fuente, cima, monumento y canción
y te llevo infaltable, convertida en oración.


                                          Bolívar Delgado Arce

De: "A lo lejos alguien canta" (Inédito)

domingo, 13 de mayo de 2018

SALUDO CON TODO MI AMOR A LA MADRE UNIVERSAL

            A MI MADRE

!Oh, cuán lejos están aquellos días
en que cantando alegre y placentera,
jugando con mi negra cabellera,
en tu blando regazo me dormías!

!Con qué grato embeleso recogías
la balbuciente frase pasajera
que, por ser de mis labios la primera,
con maternal orgullo repetías!

Hoy que la vejez en el quebranto,
mi barba se desata en blanco armiño,
y contemplo la vida con encanto,

al recordar tu celestial cariño,
de mis cansados ojos brota el llanto,
porque, pensando en ti, me siento niño.

                            Vicente Riva Palacio
                             (Poeta invitado)

domingo, 6 de mayo de 2018

A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA MADRE

           VIRGEN DEL ABUGA*  

  Aquí estás, Virgen de la Nube
de la piedra de tu trono
has vuelto a la cantera,
sí, a la cima más egregia
y más etérea que nunca,
donde la fe de tu pueblo te ha
definitivamente entronizado.
Desde aquí ahora, entre chilcos, flores de Pileu
galuayes, eucaliptos y arrayanes
entre retamas, atucsaras y dulcísimas joyapas,
tu imagen venerable
otea el horizonte más excelsa
y más grandiosa.
Desde hoy, el sol de la mañana
es cual moneda nueva
y, entre las gasas vaporosas de las nubes
que abrigarán tu pedestal,
será perpetuo cirio, explosión y llamarada.
Has querido y logrado hacer del Abuga
tu nuevo altar de musgo con campanas de cristal.
Has llegado hasta aquí
desde la tierra de la miel y de la leche,
a este pedazo de verde azogueñía;
aquí te mirarán ávidos los ojos
de mil caminantes desde lontananza,
abrigada por plumón de colibríes
el resuello del rocío, la sinfonía de mirlos
y el alto vuelo del gavilán.
Aquí quisiste estar
y aquí estás,
en esta atalaya de cónica hermosura,
rodeada de celajes de amaneceres,
de ponientes y lunas llenas,
al final de mansos chaquiñanes
alfombrados de retama, poleo, frutillas y zhulalajes;
enseñándonos que también los chaquiñanes
alfombrados de huicundos y zigzales,
con olor a hierba fresca
y empedrados de amor,
también nos llevan a ti.
Desde tus plantas benditas,
la ciudad franciscana y el Austro
habrán de trocarse en botones
en ramillete, en pensiles marianos,
porque de tus ojos maternales
y tus santas manos,
desbordarás como nunca, lluvia fresca
y vientos azules.
¡Salve mil veces Reina de la Nube
Salve Santa María del Abuga 
Salve tu nombre excelso, agraciada Madre!
desde éste tu cerro escogido
desde ésta tu tierra elegida,
desde esta cordillera andina,
hasta más allá de las fronteras y el mundo.


                                      Bolívar Delgado Arce

De: "En torno a la Cruz"

* Abuga, cerro legendario ubicado a pocos kms. de mi ciudad, Azogues, donde los frailes franciscanos erigieron un monumento a la Virgen de la Nube, de una altura de 35 mts.