Ese abrazo envuelto en fuego
tuvo la fuerza
de los mundos
-tanta fuerza
guardada-
y la
contundencia de un abrazo
de año nuevo
que tanto bien
me hace;
fue el
acercamiento fragoroso
de dos
volcanes activos
y dos latidos
terráqueos profundos;
mientras mis
labios hacían lo suyo
-sin avisarme-
en alguna
parte de tu piel,
mis brazos
ceñían tu cuerpo
los tuyos
apretaban el mío,
y tus labios
deshojaban pétalos rosados
que
destellaban en la noche
con su cálida
luz de ilusión
alegría y esperanza.
Bolívar Delgado Arce
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.