N
Y el grito de
la voz
que rompe la espera
de los otros,
entre los
surcos
que acompañan
a los puños
inmotivados
y que han de
reaparecer
al otro
extremo.
A
En la memoria
intemporal
del tiempo
se da el paso
corto
del génesis al
apocalipsis.
C
Del primer
claror
extra muros
del inmaculado
y negro infra
cosmos
al
exterminador silencio
y oscuridad
sin nombre.
E
La gran esfinge
en todas las
lenguas de Babel
dice:
Ten la vida
para ti
porque la
muerte
ya te
pertenece.
R
Centelleo entonces
de la esquiva
sonrisa,
de respirar
instantes,
largueza de
irrefrenables
lágrimas
en medio
de la
desesperanza,
en el bajo
dintel y cercana
frontera del
caos y la agonía.
M
Y el antiguo profeta
con voz de
siglos increpa:
“eres polvo”,
desde el
terrígeno Adán
hasta el del
último suspiro
de hace
instantes.
O
Y todos, la voz que gritó
en el desierto
hasta
cualquier crucificado
en el tronco
insalvable
del llanto
bajará su
cerviz
y lo hace,
infaltablemente
en su torpe
devenir
de siglo en
siglo,
trajinando,
evadiendo
pero en pos de
ser,
desde el
primer resuello
hasta el
último estertor.
De la luz a la
nada.
R
El grito
desgarrador
artero,
traidor, contumaz,
hiende
entonces el plexo solar
y un puñal de
fuego y tiniebla
horada el
efímero
arpegio
existencial
que a otras
gargantas
convoca al
dolor
que desangra
al dolor
y lo traduce
en la primera
y bien
aprendida obra
del viejo
mercenario.
I
La mano
primigenia
de siglos,
antigua,
de siempre,
desgarrando
y abriendo el
velo uterino
ha de,
temprano palpar
otra vez el
sudario inevitable
y la mortaja.
R
Así, nadie ha sido
ni, es más
que la burda
fanfarronesca
existencia
que termina en
el inicio,
sin dar nada
más que un paso
de la sombra a
la luz,
y otra vez a
las tinieblas.
Bolívar Delgado Arce
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.