Vi lo que vi de madrugada
y tampoco estaba en
Patmos,
vi que la luna caía
rebotando y dando tumbos
entre las nubes oscuras,
y anegó el suelo convulso
con su leche blanca y su
luz,
y reinó el silencio.
Pero no vi qué pasó
con su lado oscuro
ni con los perros
que la ladraban
en plenilunio.
Bolívar Delgado Arce
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.