Tata Dios: yo no dudo que siás juerte;
que gobernés vos solo
tierra y cielo;
que a tu mandao se
apague´l rejucillo
y se amanse´l más potro
de los vientos.
No dudo que haygas hecho
esas estreyas
que sirven de candiles a
los sueños,
y p´aliviar el luto de
las noches
priendas la luna en su
reboso negro.
No dudo que siás vos el
que le puso
al colmiyo´e la víbora el
veneno;
el que afiló las uñas de
los tigres
y le dio juerza´l pico de
los cuervos…
Pero dudo ´e tu amor y tu
justisia,
pues si juera verdá que
sos tan güeno
no te hubieras yevao
aquella vida
qu´era pa mi más grande
que tu cielo.
Vos sabé, tata Dios, como
la quise.
Ella jue´l sol que
amaneció en mi pecho.
Por eya tuvo primavera mi
alma
y echaron alas mis
mejores sueños.
Eya era linda como las
mañanas
cuando dispiertan yenas
de boyeros;
alegre como el ruido ´e
las colmenas;
graciosa como el´unco ´e
los esteros.
Y era tan güena, tata Dios … Tan güena…
Nunca un rencor se cubijó en su pecho.
Pa tuitos tuvo un corazón
sin trancas,
rebosao de ternuras y de
afetos.
Y creyó siempre´n vos;
tuitas las noches
s´endulzaba en su boca el
padrenuestro,
mientras su almita ´e
pájaro aletiaba
ofertándose entera en
cada reso.
Y tuviste coraje pa
matarla.
No pensaste que yo
también jui güeno,
que no meresco este dolor
que sangra
la herida siempre viva ´e
su ricuerdo.
¿Cómo no viá dudar de tu
justicia?
¿Cómo viá crer que tengas
sentimiento
si vos provalecido de tu
juersa,
nos quitas siempre lo que
más queremos?
¿Pa qué nos diste
corazón, entonce´?
¿Pa qué nos exigís que
siamos güeños,
si nos encariñás con este mundo
y en él ponés nomás que
sufrimientos?
¿Cres que consuela tu
promesa ´e gloria?
Si aquí and´hemos nacido,
ande queremos,
nós negás el derecho é
ser dichosos,
no sé pa qué nos va´servir
tu cielo.
Serafín J. García
(Uruguayo)
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.