Truena el cielo
y
se escucha a lo lejos,
rayos
y centellas rompen el paño
de
la nubosidad pesada y oscura
que
abruma al horizonte
a
los azulados cerros que tiritan;
y
raudos los vientos se arremolinan
en
tempestad lejana
y
llegan a la estancia
en
abanicos de hojas y polvo,
y
torbellinos
que
estremecen árboles y farolas
como
a las aves oscuras
que
buscan alborotadas la senda
con
alas y quillas resistiendo,
como
el follaje
sacudido
y despeinado
que
se deshoja y quiebra
ante
los tétricos golpes
de
tambores lejanos
y
de las primeras gruesas gotas
que
se estrellan y destrozan
y
acarrean sombras, frío
chasquidos
y estampidas
que
pronto se vuelven
cortinas
pesadas de tormenta,
charcos
y arroyos desordenados
arrastran
cuanto encuentran,
empapan
los caminos
la ciudad
vacía
e inundan
en breve
los surcos
campesinos y jardines;
en tanto
estremecen cielo y tierra
renovadas
dianas de fogueo
de las
nubes nimbadas
de sombras
vespertinas
y de horas
cargadas de añoranzas
soledad,
letargo
y frío.
Bolívar
Delgado Arce
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.