engendrados por la herida que no cierra,
por la cavidad hecha instante
como hélice que no despega a la nave
freno y acelerador de las cosas compartidas
pasajero y carruaje en la sinfonía triste.
Navegantes puntuales de la hora
que contaminan el cero con todos los números,
matemáticas de manos solitarias
dejad que llueva
para que el relámpago en la mirada
encienda el eco de las travesuras infantiles,
infantes de comparsas leudadas
en contra-tiempo del vuelo de los insectos,
en los pétalos que abren los días siguientes
que corren en los zapatos apretados del adiós,
en la pesadilla de la misma página
que no retira el pulgar de las complicaciones
propias
con el pulso inquieto de la sombra que se adentra
en la alargada agitación de los dedos
con la puerta de calle llena de todo
y ausente de presente.
Clavados en otros cosmos
sus cuerpos descongestionaron los truenos
y las semillas de nuevo cargaron la misma cruz;
bandera parda rompe los diseños conocidos
estrecha el aire
para que todas las narices sean migajas de luz
precede al terrible sonido de los dolores
y escapa por la aurora enrojecida de la vergüenza
así en la latitud que lleva tu nombre de caña partida
encuentra el pájaro con venas de salitre
en cada prendida de los cirios
o en el pan consumido que apaga la vida;
la leyenda que escribe la espera en cada gota de
páramo
siente volar su estancia con las púas tuteantes de
las centellas
en las tardes que se escurren
entre los bolsillos
que se han roto de repente.
Fernando Torres Regalado
De: "REENCUENTRO"
Hermoso!!!
ResponderBorrarFelicidades