Invádeme
el recuerdo de aquella Noche Buena
que pasé
con los míos al calor del hogar:
fue una
noche argentada, perfumada y serena,
que al
través de los tiempos no he podido olvidar.
En un
ángulo interno de la casa vetusta
que
abanican las alas invisibles del viento,
con la
ayuda valiosa de la criada robusta,
entre
risas y cantos se formó el Nacimiento.
Allí
estaban los gajos de naranjas maduras,
las
manzanas, las uvas y la piña jugosa,
las
mujeres de barro de preciosas cinturas
y un
grupo armonioso de muñecas de loza.
Más allá
se miraban las montañas, los ríos,
los
rastrojos, las milpas y el frondoso trigal:
animales
feroces, cazadores bravíos,
y
soldados de plomo con aspecto marcial.
Los
hermosos palacios de cartón y madera
eran
todos construidos al sajón:
en las
torres había centinelas de cera
y en los
anchos portones un celoso dragón.
Se
miraban llanuras, frondas, parques y lagos
y otras
cosas pueriles que en el mundo se ven…
Percibíase
el grupo de los tres Reyes Magos
Que
llegaban alegres a la ansiada Belén.
En un
lecho de pajas perfumadas yacía
el Jesús
Nazareno, que otra vez nacería
cuando el
gallo del patio saludara otro día,
con su
canto sonoro que es clarín de armonía…
Los
pastores cuidaban sus hermosos rebaños
en la
arcadia de musgo que logramos formar.
Yo no sé
por qué causa a pesar de los años…
ni una
cosa de aquellas he podido olvidar…
¡Oh, las
cosas de antaño que en mis versos evoco,
¡Cómo
formo con ellas una lírica grey!
Me parece
estar viendo los vislumbres del foco,
que
alumbraba el establo, la mulita y el buey!
El reloj
de la mesa dio el alarma glorioso…
Y
ofrecimos al Niño ¡con amor colosal!
nuestras
almas cristianas inundadas de gozo
y la
mirra y el oro de un hosanna triunfal!
En
seguida sirvieron la magnífica cena,
en la que
hubo derroche de manjares y ajuar…
(En mi
espíritu entonces no fulgía la pena
ni tenía
otro lema que el afán de gozar…)
Hoy que
estoy con extraños y es también Noche Buena,
rememoro
de aquella que pasara en mi hogar:
fue una
noche argentada, perfumada y serena,
que al
través de los tiempos no he podido olvidar.
Juan Ordóñez
(Poeta invitado)
(Poeta invitado)
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