"Ábreme las puertas de tu corazón
que vengo agobiado del camino;
déjame entrar en la inmensidad
y profundidad de tu alma
que vengo sorprendido por lo finito
del amor, del placer y de la locura.
Sospecho que en las agónicas tardes
se mezclan mi tristeza y mis suspiros
en el húmedo claustro del campo infinito.
Reposaré en tu pecho, me cubriré
con tu pelo, me aferraré a tu cintura
y dormiré mis penas, mis ensueños
y anhelos al ritmo de tu pulso,
tu respiración y la música
de tu corazón y tus palabras.
Allí en la tibieza de tu seno
dormiré mis insomnios, convencido
que no tendré más soledad ni frío
y que al despertar en cada hito
me encontraré en ti,
aquí y en cada encrucijada
del siguiente camino.
Bolívar Delgado Arce
De: "Entre la Transparencia y el Espejismo"
(Colección de obras individuales "LA SOMBRA EN PEDAZOS",
de la Sociedad Literaria y Cultural Letra Nueva)
ERRANZA
Ya no está la sonora
gracia de la primavera,
está la tenue sombra
de lo que fue...,
el alma se abraza
a las antiguas cosas
como cálido el viento
acaricia el ayer.
Nosotros los errantes
de ojos desvelados,
sin sandalias ni tienda,
mordimos del olvido
su acidez,
esculpimos los rostros
con sudor y cansancio
buscando una sonrisa,
fingida mueca de sensatez;
solo una mano amiga
aleteó esperanza,
la ternura de las lágrimas
agrietó mi piel.
Bertha Romero Heredia
De: "Rumor de Violetas" (Azogues-Ecuador)
DISPOSICIONES
Compañeros, enterradme en Isla Negra,
frente al mar que conozco, a cada área rugosa
de piedras y de olas que mis ojos perdidos
no volverán a ver.
Cada día de océano
me trajo niebla o puros derrumbes de
turquesa,
o simple extensión, agua rectilínea, invariable,
lo que pedí, el espacio que devoró mi frente.
Cada paso enlutado de cormorán, el vuelo
de grandes aves grises que amaban en invierno,
y cada tenebroso círculo de sargazo
y cada grave ola que sacude su frío,
y más aún, la tierra que un escondido herbario
secreto, hijo de brumas y de sales, roído
por el ácido viento, minúsculas corolas
de la costa pegadas a la infinita arena:
todas las llaves húmedas de la tierra marina
conocen cada estado de mi alegría,
saben
que allí quiero dormir entre los párpados
del mar y de la tierra...
Quiero ser arrastrado
hacia abajo en las lluvias que el salvaje
viento del mar combate y desmenuza,
y luego por los cauces subterráneos, seguir
hacia la primavera profunda que renace.
Abrid junto a mí el hueco de la que amo, y
un día
dejadla que otra vez me acompañe en la tierra.
Pablo Neruda
De: "Canto General": XV.- YO SOY.
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Valoraré en sumo grado su inteligente como generosa referencia a este blog.