lunes, 7 de marzo de 2016

MI SALUDO REVERENTE

                                      DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

                                                          Mujer,
                                                          eres grande:
                                                          tus ideas están llenas
                                                          de infinito
                                                           y tu corazón de amor que inunda
                                                           el universo.
            Ahora y en cualquier tiempo, hemos de reconocer y relievar, que resulta un hecho de absoluta justicia, destacar el rutilante espacio que en el calendario mundial se halla señalado el 8 de marzo, como día exclusivo de homenaje a la mujer. Homenaje de admiración y afecto a ella, a la madre, a la maestra, a la compañera, a la ama de casa, a la campesina, a la profesional, a la mujer policía y de las FF. AA., a la mujer de todos los niveles sociales y credos y que, como nunca antes, ha llegado a conquistar sitiales cimeros, en las más diversas actividades humanas, y aún ha salido al cosmos…
         Allí está la mujer que escribe, que trabaja, que produce, que distribuye el saber, que milita en la política, en el deporte, en la ciencia, en los procesos revolucionarios y protestas por las calles del mundo, o al mando de timones iniciales de su hogar, o de diversas instituciones, países y estados. Allí ternura y decisión, allí belleza y capacidad.
         Así, miro y miremos en cada una de ustedes, a liderezas indiscutibles de nuestro país, de América y del mundo; a una Manuela Sáenz, Ángela Merkel, Hillary Clinton a Rigoberta Menchú, a Dolores Cacuango, Nela Martínez Espinoza, Santa Teresa de Jesús, Cristina de Kitchner, Gabriela Mistral, Tránsito Amaguaña, Michel Bachelet, Violeta Chamorro, Gabriela Rivadeneira...
Todos los versos y todos las flores, todas las notas inmortales
 y todos los trinos para ellas;
Roca dura de arrecife
tibia arena, limpio sol,
tempestad y vehemencia
dócil remanso
de coral.
Árbol, fuente, prole y luz
arte, gloria, senda y paz,
aula, podio, récord, pan
barro, torno y trigal;
pasión, libro y visión
intelecto, altar, lucha,
esperanza y canción.
Vida eres, tiempo eres y color,
sombra, amante, ola azul;
¡quién pudiera en el cosmos
tu idea y tu ser
sobrio o simple… eternal…
esculpir con cinco letras
tu esfinge de MUJER
y grabar con otras cuatro
tu espíritu de AMOR!

                 Sí, es de absoluta justicia y merecimiento, señalar a algunas de las más sobresalientes mujeres que en nuestra senda han puesto sus haces de luz, su espíritu, su encanto, candidez, su amor, su poesía, su arte, su gloria y su destino; podemos nombrar a vuestra y nuestra madre, a la abuela; a nuestra hermana, la hija, la sobrina, a la mujer que espera en casa; a la novia; a las compañeras de cuerpos directrices, compañeras de profesión y aconteceres; mujeres de áreas administrativas, mujeres auxiliares de servicio; a las amigas, conocidas y vecinas; a las dulces niñitas de la cuna, que son también mujeres en potencia y pétalos expectantes de gracia, eficiencia, bondad, maternidad, galanura…; las bebitas de la educación inicial, las escolares y señoritas colegiales, las universitarias, las mujeres que atienden una casa o una oficina, las religiosas y novicias del mundo, que “van por esa escondida senda...”; y tantas otras las mujeres univrsales, transmutadas en huellas vivientes de todas las generaciones.

         He ahí entonces que es justo relievar su acción, como ha ocurrido desde 1857, cuando insurgió la presencia de la mujer en las calles de la ciudad de Nueva York, reclamando justicia e igualdad, nuevos espacios y oportunidades y, dejando atrás para siempre, errores antiguos, vitales, de género, laborales y sociales.
         Esa insurgencia de la que hablamos, ha ido fortaleciéndose más cada día y ha ido colocando, a las mujeres de todo el mundo, en el sitial cimero en donde se encuentran, en donde las encontramos, desde donde están, sacrificada pero generosamente, entregando su invaluable contingente, en la búsqueda de una sociedad universal de mejores condiciones para todos.
         Gracias Mujer, gracias por permitirme cantarte en este día, mi reiterado reconocimiento, homenaje, saludo emocionado y gratitud a ti mujer excelsa y eterna. Que el mundo entero, hoy y siempre, levante podios y banderas, levante el icono brillante de la mujer estudio,
mujer superación, mujer conquista, mujer meta,
mujer puño en alto,
mujer inteligencia, mujer agua viva,
mujer brazos ardientes,
mujer corazón
 senda, amor,
florilegio y poesía:
bandera gloriosa, real y vigente promesa,
desde este lar,
allende todas las fronteras!

Dr. Bolívar Delgado Arce

Marzo 8 del 2016

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